martes, 8 de diciembre de 2020

Lord de solar

Se murió Danielito. Daniel Aldama Olivera. Matancero de Unión de Reyes. Músico, percusionista.

Mulato suave con lord de solar. De rufa contenida pero indisimulada. Sonrisa siempre lista. Superviviente, como lo eran aquellos ¿cuántos? músicos cubanos exiliados que encontré a mi llegada a España.

Eran tiempos en los que apenas sonaba la rumba a solas. Andaban mezclados nuestros adelantados con tanta orquestadepueblo puesta a tiro. Los gitanos, otros lores, de igual madera aunque de distinto palo, eran los únicos que poco a poco les abrían espacio mientras aprendían y les enseñaban.

Danielito fue de los primeros en hacerme recorrer la península ibérica, hace más de veinticinco años. Toques de camino. Ganarnos unas pocas pesetas era afanoso a la vez que placentero. Tan de duro como de vida. Fuimos su grupo acompañante en aquellos primeros bolos.

Tras haber metido bajo llave el ingenuo sueño de hacerme escuchar desde mis canciones… "Vamos, Rubén, deja la trova esa", me decía cada día desde el espejo.

Entonces nos llamaba Danielito: "La gente e Matanzas, tengo una actividá…" Nos apretujábamos en su remendado coche, su carrito de ventanillas abiertas gracias a su siempre "tá roto" aireacondicionado. Llegábamos, digamos a Santander, con los pelos imposibles, maquillados de polvo de ibérico camino y sin idea de qué íbamos a tocar.

Soltaba Danielito su "Tú ponle, monstruo, que yo te sigo" y se sacaba sonrisa y pañuelo. El ritual incluía una toallita. Se le podía quedar el güiro o una conga pero la toallita jamás. Con razón ¡cómo sudaba en su repiqueteo!

Pero no había riesgo cuando arrancaba el ventú y Danielito era a los bongoes, conga y cencerro. Tampoco cuando en medio del concierto yo le presentaba, le agradecía públicamente y de paso le obligaba a cantar y a bailar para que pusiera en el escenario aquello que a mí Dios no me dio y a él le sobraba.

Aunque, hablando de riesgo, otra cosa era cuando te cogía la carretera de regreso, tras la "actividad", fundidos de cansancio… ¡Danielito al timón! Sin asomarme al detalle de que no existe manera humana de describir el carnet de conducir de Daniel Aldama Olivera. Cubismo de vanguardia. Alternatismo. Ese "cubismo" que es mezcla de resolvedera cubana con estonosvallevaralabismo… ¡cubismo! Mi primer carnet de conducir (y el de muchos cubanos recién llegados a la España de la época) se lo debo a Danielito y a su alucinante carnet de conducir artesanal, factura personal versión unióndereyesllora.

Mientras se muere, Danielito lanza mil hoy hermosos momentos sobre mi mesa.

Le gustaba vestir bien y bien lo conseguía. Compartíamos gusto por la coleta y los boleros con caída hacia la rumba, más Ignacio Piñeiro y Rafael Ortíz que Manzanero, que también. Matanceradas, según Danielito. Justicia, postulaba yo.

Es una suerte verlo en ese video que comparto.

Como para tanto artista cubano moderno, el exilio para Danielito resultó marabú que hay que cortar para abrir camino. Ese camino que en tu solar ya abrieron otros y todo lo que te queda es recorrer, cuidar, mantener y vestir de ti, con el traje que mejor seas capaz de hilvanar. Pero que allá, acá en lo lejos…

Buen viaje, Daniel. Que siga la rumba.

Rubén Aguiar Muñoz