jueves, 27 de diciembre de 2018

Alberto Pichardo


Aquí si cabe aquello de “esto no puede ser”… no debiera… el Picha era eterno… grande, hermoso, brillante… el más brillante de todos… no hay sentimentalismo en ello: era el hombre con mayor sentido del humor que me dio la vida… ese sentido que es proporcional a la inteligencia… y ya no hay cómo destronarlo porque se ha ido el primero y siempre será mejor el chiste aquel de Pichardo que no podemos recordar… y tengo rodando por el rostro junto a la rabia sus insuperables comentarios sobre cualquier cosa… inagotable el hermano grande… tengo su abrazo abrazándome desde esta tarde cuando supe que ya se iba hoy… su abrazo es el abrazo más hombre que he recibido y que he dado… era un abrigo Pichardo, desde los primeros y peores inviernos que fue aquel nuestro primer exilio en los noventa… Madrid es también el gran abrazo de Pichardo, sobre el que me dijo una tarde de Negra Tomasa en que nuestras bien cultivadas barrigas atentaban contra el beso tras los meses: “Vamos a tener que empezar a abrazarnos de espalda”… esa misma tarde, desde la mesa en que se bebía en heineken nuestra actuación, interrumpió con su voz redonda un tema de Jobim del que ya habíamos cubierto los primeros acordes, diciendo: “Aguanta, aguanta, Rube - y mientras se levantaba - que esa canción no se puede escuchar bebiendo cerveza, déjame pedirme un whisky, ve cantando otra”… el Picha era “una completa” del disfrute… tenía un trago distinto para cada tipo de música… desde su clásico gin tonic hasta el destornillador reforzado “más vodka que naranja”… y no nos podía faltar el Picha en ninguna de nuestras historias… llegaba el primero y se iba el último… no le importaba despilfarrar tres horas para regresar a su casa en El Escorial… cuando comenzaba a amanecer partía y luego, la mar de las veces, estaba nuevamente de regreso al final de la tarde… era el hombre solo que más compañía era… “¡¿dónde está Pichardo?!” es quizás la frase que más se repitió en el Madrid de estos últimos 23 años… significaba el cariño todo, desde y hacia... le daba sentido a cada encuentro, era el asiento sobre el que nos acomodábamos para ser… y no era poco el enorme ser que éramos todos los pocos juntos… sé que voy a repetir este sobresalto de hoy cada una de las pocas veces que recuerde que el Picha ya no está… porque está claro que será eso su partida: una sorpresa de vez en vez… el resto del tiempo, como siempre “Mi hermano, dale pacá’ que viene Pichardo… que ya está llegando”


viernes, 9 de noviembre de 2018

Vicio poeta.


Vicio poeta. Es el vicio que se adquiere escribiendo poesía. La dulce y siempre cariñosa poeta matancera Carilda Oliver Labra, me señaló una mañana de taller literario en Varadero que yo tenía ese vicio incluso en la poesía misma, en la décima. Rondaba yo los 17 años y lógicamente, en testosterónica arrogancia adjudiqué aquella observación a su "pertenencia a una generación más conservadora en el lenguaje y las formas, incapaz de comprender los nuevos caminos que abríamos a la poesía (a la décima en este caso) la gente nueva". Cómplice y testigo recuerdo a mi amigo Fernandito García, quien además de la sonrisa compartía conmigo en aquellos tiempos (palabras de su padre Fernando García... de esos tan todos grandes poetas García de Sabanilla) "el honor de constituir la avanzada en la renovación de la décima guajira escrita en Matanzas". Importante subrayar "guajira", porque prácticamente todos los poetas en Matanzas, en esa y en todas la épocas cultivan, de modo exquisito, la décima. Pero nosotros éramos los hijos de los guajiros, de los repentistas, que renunciábamos al repentismo (¡ya nos hubiera gustado tener en ese género el talento y la estatura de nuestros padres!) y tomábamos la pluma para intentar ese mismo repentismo sobre el papel, procurando un lenguaje, si bien menos espontáneo y seductor, al menos más "trascendente" y ambicioso en términos literarios. Muy creídos ¡rimbombantemente creídos! pero divirtiéndonos a lo grande, nos hicimos de un espacio en el guateque. Hace unos años Fernandito se murió en abril siendo un incondicional de mi décima. De alguna manera y tras muchos recados a Madrid consiguió burlar mi dejadez y que le enviara algunas décimas que publicó en un libro de poetas matanceros. También han muerto su padre y Carilda. No sé si se salvará alguna de aquellas nuestras ilusionadas décimas. Pero estábamos equivocados. Y la vieja-bella-Gran Dama de Tirry estaba en lo cierto, aunque me costó muchos años comprenderlo.
La contención y los silencios, esas torturas para un poeta joven, tienen la ingrata función de poner en equilibrio lo que sin ellas sería oscuridad, pasión y desahogo escrito, pero no poesía.
No entiendo cómo consigo recordar estas cosas. Más misterioso aún es sentir que afloran desde mi memoria estas décimas que concebí en esa época.

De la décima a mi padre...
Cuando el tiempo (que te sabe
virtuoso de esa locura
que es combinar la ternura
de tu beso, que no cabe
en un verso, con la nave
en que subo descubierta
hasta la tierra) convierta
tu andar en faro, seré
un juglar cantando fe
con la guitarra desierta.
Mi calle...
San Vicente que le impones
a mis noches las maneras
de tus quejosas riberas
de muros y caserones.
En ti se van las canciones
eternas, inconfesadas
que no atrapo, las aladas
fantasías que convoco
secretamente si toco
tus aceras elevadas.
Montura...
Mi amigo el pintor, Yovani Bauta, me pidió una décima para escribirla sobre una vieja montura que estaba convirtiendo en una de sus piezas de arte. Así me habló aquella montura.
Miras. A trote de sueño
jinetea tu mirada
nostalgias de la tonada
que te acunó de pequeño.
Hoy me cabalga el diseño
perfecto, no soy la muda
montura, discreta, viuda
de preguntas y respuestas,
voy con la décima a cuestas,
ya no me siento desnuda.


viernes, 28 de septiembre de 2018

Barbara Milian interpreta Bossa para mi Superman



“Bossa para mi Superman”. Una hermosa canción en espléndido portal: este videoclip que ojalá sirva de acogedor refugio a quienes intentan guarecer sus oídos del tormentoso clima musical que asola nuestras tardes. Barbara Milian se luce cuando compone, canta y toca la guitarra. Aquí lo hace y me enorgullece haber puesto mi notita de arena en el proyecto. Disfruten el tema y el video… 
y Compártanlo!

sábado, 4 de agosto de 2018

Algo contigo

Bajando de Callao a Puerta del Sol. Ahí lo tropecé, llenando el centro de Madrid de música. Fue muy grato y conmovedor compartir un buen rato con él. Cantarnos un poco nuestras vidas y contarnos algunas canciones. Si van del kilómetro cero a Fnac o en sentido contrario, háganlo por la Calle del Carmen.
Abril, 2018.