La izquierda española (y mucha derecha también) no es la excepción. Y a pesar de que aquí apenas se aportó una revuelta modesta ahogada por el franquismo, o precisamente por ello, el sueño de enfrentar al viejo régimen sigue y seguirá pendiente pues ya no será posible cumplirlo
Los gritos del mayo francés no se profirieron contra una dictadura aletargada y antigua como la que imperaba en España. Aquellos gritos provenían de un mundo estable, amansado de bienestar y riqueza. Eran gritos provenientes del agotamiento, no de la indignación. Un mundo próspero en el que los intelectuales bostezaban abrumados por esa variante de desempleo que es, para un intelectual, no tener apenas influencia en la historia que fraguan cada día el hombre individual y el social. Aquellos intelectuales se apropiaron del grito de mayo y se propusieron más o menos rediseñar el futuro. Y más o menos lo consiguieron. Porque, aunque ya casi nadie recuerda qué fue aquello exactamente, el mito de mayo del 68 aún hace suspirar al viejo continente ante cualquier asomo de crisis.
Los gritos del mayo francés no se profirieron contra una dictadura aletargada y antigua como la que imperaba en España. Aquellos gritos provenían de un mundo estable, amansado de bienestar y riqueza. Eran gritos provenientes del agotamiento, no de la indignación. Un mundo próspero en el que los intelectuales bostezaban abrumados por esa variante de desempleo que es, para un intelectual, no tener apenas influencia en la historia que fraguan cada día el hombre individual y el social. Aquellos intelectuales se apropiaron del grito de mayo y se propusieron más o menos rediseñar el futuro. Y más o menos lo consiguieron. Porque, aunque ya casi nadie recuerda qué fue aquello exactamente, el mito de mayo del 68 aún hace suspirar al viejo continente ante cualquier asomo de crisis.
Quedan por ahí fragmentos de sueños incompletos, como este:
“... el efecto del 68 en España comportó una fuerte radicalización de movimientos que ya estaban en marcha, como el estudiantil y el movimiento obrero, o ayudó a la creación de otros nuevos, como el movimiento de las feministas, pero no lograron enlazar la lucha contra la dictadura con el objetivo de una democracia «socialista» o «anticapitalista».” (EL MAYO DEL 68 FRANCÉS Y SU REPERCUSIÓN EN ESPAÑA Montserrat Galceran Huguet - pag. 21, final)
“... el efecto del 68 en España comportó una fuerte radicalización de movimientos que ya estaban en marcha, como el estudiantil y el movimiento obrero, o ayudó a la creación de otros nuevos, como el movimiento de las feministas, pero no lograron enlazar la lucha contra la dictadura con el objetivo de una democracia «socialista» o «anticapitalista».” (EL MAYO DEL 68 FRANCÉS Y SU REPERCUSIÓN EN ESPAÑA Montserrat Galceran Huguet - pag. 21, final)
o como este:
“Por tanto, el significado histórico fundamental del Mayo del 68 no se ha de buscar ni en las "especificidades francesas", ni en la revuelta estudiantil, ni en la "revolución de las costumbres" que nos repiten hoy con todos los tonos y melodías (los ideólogos de la burguesía) sino en la salida del proletariado mundial de la contrarrevolución y su entrada en un nuevo periodo histórico de enfrentamientos contra el orden capitalista.» (1er párrafo)
Pero, buscando y rebuscando entre referencias accesibles que lo definan clara y seriamente, encuentro detalles que me hacen sospechar que en ningún sitio hizo tanto daño mayo del 68 como en la España posterior a la muerte de Franco. Tal parece que, sin la experiencia de la libertad previa que sí habían conocido todos sus vecinos europeos, la naciente democracia española, sobre todo la de los socialistas en los 80, asumió como propios los “postulados” de mayo del 68. Y los aplicó de manera radical, los hizo ley.
Observo estas palabras del actual presidente francés referidas a aquel suceso y descubro la génesis del modelo de mundo en que aun se educan los niños y jóvenes españoles:
“Mayo del 68 nos había impuesto el relativismo intelectual y moral. Los herederos del 68 habían impuesto la idea de que todo vale, de que no hay ninguna diferencia entre el bien y el mal, entre lo verdadero y lo falso, entre lo bello y lo feo. Habían querido hacernos creer que el alumno vale tanto como el maestro, que no hay que poner notas para no traumatizar a los malos alumnos, que no había diferencias de valor y de mérito. Habían querido hacernos creer que la víctima cuenta menos que el delincuente, y que no puede existir ninguna jerarquía de valores. Habían proclamado que todo está permitido, que la autoridad había terminado, que las buenas maneras habían terminado, que el respeto había terminado, que ya no había nada que fuera grande, nada que fuera sagrado, nada admirable, y tampoco ya ninguna regla, ninguna norma, nada que estuviera prohibido.”
"... la herencia de Mayo del 68 ha liquidado a la escuela de Jules Ferry en la izquierda francesa, que era una escuela de la excelencia, del mérito, del respeto, del civismo; una escuela que quería ayudar a los niños a convertirse en adultos y no a seguir siendo niños grandes, una escuela que quería instruir y no infantilizar, porque había sido construida por grandes republicanos que tenían la convicción de que el ignorante no es libre."
"La herencia de Mayo del 68 ha introducido el cinismo en la sociedad y en la política. Han sido precisamente los valores de Mayo del 68 los que han promovido la deriva del capitalismo financiero, el culto del dinero-rey, del beneficio a corto plazo, de la especulación. El cuestionamiento de todas las referencias éticas y de todos los valores morales ha contribuido a debilitar la moral del capitalismo, ha preparado el terreno para el capitalismo sin escrúpulos y sin ética, para esas indemnizaciones millonarias de los grandes directivos, esos retiros blindados, esos abusos de ciertos empresarios, el triunfo del depredador sobre el emprendedor, del especulador sobre el trabajador."
"La herencia de Mayo del 68 ha introducido el cinismo en la sociedad y en la política. Han sido precisamente los valores de Mayo del 68 los que han promovido la deriva del capitalismo financiero, el culto del dinero-rey, del beneficio a corto plazo, de la especulación. El cuestionamiento de todas las referencias éticas y de todos los valores morales ha contribuido a debilitar la moral del capitalismo, ha preparado el terreno para el capitalismo sin escrúpulos y sin ética, para esas indemnizaciones millonarias de los grandes directivos, esos retiros blindados, esos abusos de ciertos empresarios, el triunfo del depredador sobre el emprendedor, del especulador sobre el trabajador."
No es Sarkozy ejemplar que satisfaga mis expectativas de liberación, puesto que para mí todo político estatista forma parte del problema no de la solución, pero valgan esas reflexiones para observar la España contemporánea bajo el prisma con que algunos franceses observan las secuelas de sus propias exuberancias.
(Todo el discurso puede leerse aquí)
Es probable que el principal aporte de mayo del 68 fuera este nuevo espécimen de ciudadano que de manera silvestre crece y se multiplica por toda la pradera europea, que vive y se alimenta del sistema al tiempo que arremete contra él, sus fundamentos y sus formas. Y cuya variante española teme ahora perder sus prebendas. No son revolucionarios (esa palabreja, para mí tan relacionada con el conservadurismo), ni de lejos. No son rebeldes. No pretenden en realidad cambiar el sistema (ni locos) No la Democracia. Hablan en nombre del pueblo y de todos saltándose, sin ofrecer solución alguna, el complejo rol que juega en la democracia moderna la llamada "regla de la mayoría", mediante la cual, cuando existen diversas opciones y propuestas, la que mayor cantidad de apoyo reciba por parte del pueblo es la que se aplica. El 22 de mayo supimos la opinión de la mayoría del pueblo.
Sin embargo, siguiendo la línea de lo ya transitado, algo me dice que estos de hoy son también los que van escribir y contar la historia de y durante los próximos 50 años. Al menos lo intentarán, tal y como hicieron aquellos del mayo de entonces intentando hacernos creer que lo habían cambiado todo. No es difícil detectar en algunos de estos "indignados" el rostro y la compostura de quienes ya se reconocen predestinados a perpetuar la historia de la Nueva Democracia o como sea que se les ocurra nombrar a todo esto que han comenzado (ya no se atreven a llamar "revolución" a sus protestas, apuestan por la ambigüedad para desmarcarse del tipo de violencia relacionado con esa palabra)
Algunos con libros de notas, otros con cámaras fotográficas (de las carísimas, por cierto) no han ocultado ni un momento el gesto de estar tomando apuntes, sacrificando la recomendable discreción al hecho de saberse imprescindibles en su doble rol de testigos y protagonistas de este momento histórico. Aún no necesitan disimular el imprescindible porte de superioridad intelectual y moral, más bien lo acentúan (siempre procurando no alejarlo del estándar consensuado), para, de esa forma, poder ser detectados por los gurús y profetas establecidos del ramo, algunos de los cuales ya se han acercado para animarles y poner en su conocimiento que, efectivamente, han sido detectados. Poco a poco irán puliendo el verbo y los modales, bajo la impronta y auspicio de las normativas de lo "políticamente correcto". Hasta llegar a alcanzar la exacta transparencia del discurso engalanado con la visión ideológica adecuada para entender la historia en tiempo real, y contarla. Son los falsos intelectuales, vigías y diseñadores de una-otra realidad tan falsa como la que hemos creído estar viviendo los hombres y mujeres de finales del Siglo XX y principios del XXI.
En este mayo español de hoy están gritando también los más radicales de buena parte de los futuros periodistas y escritores y cineastas y fotógrafos y filósofos y políticos y ecologistas del porvenir inmediato, ese que ya han decidido ir ocupando ante la proximidad del retiro (forzoso) de los del 68. Son los que fundarán los nuevos periódicos digitales, virtuales o de papel, las nuevas editoriales y productoras de cine, los neopalacios de una cultura que ellos mismos se encargarán de diseñar mientras cuentan, a su manera, desde tales libros y periódicos, la “compleja historia de la traspostmodernidad"... Inconclusa historia – dirán - plagada de sus propias buenas intenciones y hermosos intentos de diseñar un mundo mejor, que se verá irremediablemente obstruida por el enemigo de siempre, el viejo, inmoral y malvado Capitalismo.
Y, tal cual sus padres lo fueron luego del 68, estos de hoy serán el principal freno a la historia que nos espera. Porque, tal y como de los gritos de aquel mayo francés apenas salió algo novedoso y útil, tampoco de entre quienes emiten estos gritos de hoy saldrán los hombres y mujeres que se constituirán en el motor principal de la sociedad, en la locomotora real del Hombre del futuro inmediato. Las más ilustres mentes, los auténticos y coherentes artistas, los grandes industriales y empresarios, los más creativos emprendedores generadores de capital y puestos de trabajo, los que construirán y luego abrirán las puertas al porvenir, los que crearán el Pensamiento del futuro, el Arte trascendente, bienestar, riqueza y prosperidad para la especie humana no se encuentran hoy en las plazas de este “mayo de 2011”. Tal y como los que todo eso han creado durante estos últimos 43 años no se encontraban en las plazas de “mayo del 68”.
Y, tal cual sus padres lo fueron luego del 68, estos de hoy serán el principal freno a la historia que nos espera. Porque, tal y como de los gritos de aquel mayo francés apenas salió algo novedoso y útil, tampoco de entre quienes emiten estos gritos de hoy saldrán los hombres y mujeres que se constituirán en el motor principal de la sociedad, en la locomotora real del Hombre del futuro inmediato. Las más ilustres mentes, los auténticos y coherentes artistas, los grandes industriales y empresarios, los más creativos emprendedores generadores de capital y puestos de trabajo, los que construirán y luego abrirán las puertas al porvenir, los que crearán el Pensamiento del futuro, el Arte trascendente, bienestar, riqueza y prosperidad para la especie humana no se encuentran hoy en las plazas de este “mayo de 2011”. Tal y como los que todo eso han creado durante estos últimos 43 años no se encontraban en las plazas de “mayo del 68”.
Para constatarlo no hay más que ver cómo esas reivindicaciones no están relacionadas con la propia libertad y el deber, sino con el aumento de control por parte de ese Estado al que dicen enfrentar y con sus propios presuntos derechos de grupo.
No son todos, intento decirme. Probablemente algunos habrá cuya honestidad e inteligencia los conducirá por otros derroteros.
Pero, la mayoría es sólo ganado, incapaz de generar en grupo o de manera individual una sola idea que sacuda la deteriorada estructura social que han heredado, una utópica o posible idea que los confirme al menos como seres pensantes, y los aleje de ese ostentoso sentimentalismo que los induce a exhibir indignación, precariedad, indefensión.
Ganado, encerrado cada uno en su personal redil de ignorancia, y domesticado por cawboys portadores de ideas tan nocivas y tramposas como que nacemos con una suerte de derecho natural a obtener y hacer uso de una riqueza que no hemos creado, y que, aunque sean otros los que trabajen y creen esa riqueza, todos somos merecedores de ella y de su reparto equitativo.
Como si la riqueza fuera un recurso natural y no fruto de la inteligencia y el trabajo del hombre.
Y no precisamente de muchos hombres, me atrevo a decir.(continúa... seguramente...)
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