lunes, 20 de julio de 2009

Así me iba por 1989



Solo de la muerte tenemos evidencia de que no es eterna: la vida es esa evidencia.

Uno es tan solo lo que cree ser; lo demás es vulgar objetividad.

lunes, 13 de julio de 2009

Expreso Oriente


Francamente, estoy hasta reventar de ser pobre. Este tipo de cosas (Expreso Oriente) , que a mucha gente le parece frívolo e insustancial, a mi se me antoja fundamental: ojalá hasta el último negrito de la más pobre tribu africana, el más humilde indiecito del altiplano y el campesino camboyano menos ostentoso, pudieran disfrutar, junto al resto de la humanidad, de una vida en la que disponer de estas cosas no fuera un lujo, sino un sencillo modo de viajar o de ir al trabajo... Sería la evidencia de que todo lo demás está resuelto, desde el techo y la alimentación hasta la educación y la cualificación más elevada.
A eso reduzco mi "opción por y para los pobres": un mundo repleto de riquezas, de gente rica, culta, de altísimos valores humanos.
La solidaridad es desear y hacer todo lo posible porque nuestros esfuerzos se traduzcan en una aldea común de bienestar y felicidad.
Pero, hay que tener bien claro que todo eso pasa por la garantía de la libertad más absoluta, la erradicación de cualquier paternalismo, el énfasis en el esfuerzo personal, el instinto emprendedor, el ansia de prosperidad, el intercambio espontáneo, sin intervencionismos.
La alegría y la felicidad son contagiosas, gustamos de comunicarlas. Una relación así nacida no debe provocarnos envidia, malestar, suspicacias ni frustraciones. Cuando alguien prospera nuestro deber es alegrarnos. Yo, mucho me alegro cuando sé de gente que triunfa gracias a su empeño y perseverancia, siempre que los pilares sobre los que se levantan son la honestidad y la honradez.
No todos tenemos los mismos sueños y proyectos, ni nos fijamos las mismas metas, pero jamás debemos sentir como ajenos el cumplimiento de cualquiera de ellos por otro humano.

viernes, 10 de julio de 2009

No sé bien


Pasan los meses y no consigo dar con un solo motivo humilde para hacer esto. Largas noches sin hallar un argumento que me demuestre la absoluta ausencia de vanidad en el acto de publicar un blog. Seguramente porque no lo hay.
Podría haberme ahorrado la agotadora faena de consultar tantos afectados textos de psicólogos, filósofos, poetas, humoristas, teólogos y hasta blogueros, acerca de las motivaciones del hombre moderno para emprender ciertas inútiles aventuras. Podría haber ahorrado tiempo y evitado esa ligera contrariedad que provoca el no poder hallar lo que no existe.
Pero, sucede que mi vanidad no me permite proyectar el más mínimo rasgo de inmodestia.
Por lo tanto, me coloco, desafiante, ante mi vanidad: a partir de hoy y de vez en vez, pretenderé que me desnudo desde este espacio, contribuyendo, sin que nada ni nadie pueda impedirlo, al incremento de esta novedosa forma de comunicacion entre humanos que es la blogarización.
Dos prescindibles aclaraciones:
1) No siempre seré absolutamente sincero.
2) No sé bien si lo anterior es justamente así.