Gisela Baranda inaugura su web "Desde mis 35 metros cuadrados."
Lo hace con un post que comienza diciendo:
"... es más una metamorfosis que un alumbramiento, mis 35 metros se ensanchan, se extralimitan.
Una vez más, toda magia necesita un acto de fe y tanta fiesta merece un tema especial, quienes me conocen saben que soy fiel y terca, así que recurro a un amigo."
y entonces recurre a mí... ¡!
Agradecido y sorprendido, que no "sin saber qué decir", he dejado en su web este comentario a sus palabras, que aquí acompaño de esa instantánea en que aparecemos Judith y yo, recuperada por Gisela para su post:
"Me he quedado sin música…
De inmediato me doy cuenta, Gise, de que eso es también un lugar común. No la frase, por ingeniosa que parezca (que también) sino el gesto de mudez adonde conduce la alabanza, esa aparente parálisis de frases apropiadas con que agradecer. Por supuesto, la causa es (¿qué esperabas?) otro lugar común: la contradicción que creamos cuando ocultamos nuestra íntima certeza de que el reconocimiento es justo, mientras públicamente simulamos la pose de humildad que los códigos al uso nos exigen mostrar. Es en ese punto donde nos quedamos “sin palabras”, cosa que es totalmente falsa: en realidad nos quedamos abrumados, reticentes ante la obligación que nos impone la “cosa social” de actuar hipócritamente.
Y ahora, ya liberado…
Estoy tremendamente conmovido de que hayas inaugurado tu web refiriéndote a mí. Es un detalle importante que acaricia mi ego, pero lo que realmente elevo a la altura de mi autoestima es lo bien que lo has hecho… ya sabes, lo que repito una y otra vez: qué bien escribes, qué bien observas y luego qué bien escribes lo que observas. Me siento privilegiado.
Gracias, Gisela, amiga."
Para leer todo el "discurso de inauguración" que me dedica Gisela en su nueva web sigan este link:
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Hermano, acuso recibo contento por ver que los caminos del arte y el afecto confluyen una vez más ante la mirada agradecida de quienes creemos en la potencia redentora de ambas fuerzas. Desde mi privilegiado banquillo los aplaudo a Gisela y a ti por hacer posible tal confluencia... Qué guapos están Judith y tú en esa foto, y qué presentes en mi recuerdo. En estos días los llamo. Abrazos. Jorge
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